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Adriá Mencía

Vino Tinto Sin Crianza 2023
Zona: Bierzo
Bodega: Bodegas Adriá
Uva: Mencía
Botella: 0,75 L
Maridaje: Cordero asado con patatas y Solomillo en hojaldre
5,49 €
Disponibilidad: En existencia
Al mando de Bodegas Vega Montán está la tercera generación de elaboradores y viticultores de la familia, siguiendo una tradición que data desde hace casi un siglo. Situada en Villafranca del Bierzo, zona privilegiada donde se cultiva la mejor uva mencía, al estar gran parte del viñedo en ladera y no haber zonas de regadío cercanas. Dichas condiciones favorecen la maduración sana de la uva, que no necesita tratamiento adicional. Vega Montán Mencía procede de uva Mencía 100% de viñas de 45 años. Color negro zafiro, intenso y de gran profundidad, con un fino ribete color remolacha. Complejo y lleno de tipicidad de la zona y variedad. Con toques minerales, a humo y turba, y a la vez fresco y lleno de fruta negra, con fondo floral. Vega Montán Mencía es potente y poderoso. La textura en boca lo hace prácticamente “masticable”. Es difícil encontrar un vino joven con tanta sabiduría y complejidad. Un vino que se va mostrando y descubre todo un mundo de sensaciones. Vega Montán Mencía es ideal con carnes rojas, asados, incluso caza, pero también armoniza con pastas y arroces y sobresale con quesos fermentados y embutidos. Es la compañía perfecta para el botillo (plato típico de la cocina Berciana).
Más Información
Tipo Vino Tinto
Uva Mencía
Barrica Sin Crianza
Denominación Bierzo
Bodega Bodegas Adriá
Añada 2023
Grados 13.5
Maridaje Cordero asado con patatas y Solomillo en hojaldre
Temperatura De 14 a 15ºC
Botella 0,75 L
Más información Un valenciano emprendedor, D. Francisco Pérez Adria, fascinado por el vino y las posibilidades elaboradoras de la mencía al que todos recuerdan como gran amante del Bierzo y enamorado de una berciana, Dña. Obdulia Caramés Sánchez, fundó, en 1940, la entonces llamada Bodega de Francisco Pérez Adriá, construida sobre El Registrador, la casa familiar, su primera bodega en Villafranca del Bierzo, sembrando el germen de una larga dinastía de bodegueros. Tras su desaparición, primero su viuda y luego su hija Rocío, continuaron la iniciativa de Pérez Adriá. La empresa cambia en 1975 su antigua denominación por la de Bodega Hija de Francisco Pérez Adriá, que pasaría a ser sociedad anónima con el mismo nombre en 1988. En 2002 por iniciativa de doña Rocío Pérez Caramés, siguiendo el objetivo y solera marcados por su padre, se crea una nueva sociedad, aplicando el conocimiento heredado de Hija de Francisco Pérez Adria S.A., con el nombre de Bodegas Adriá S.L. inscrita dentro Denominación de Origen Bierzo. Actualmente y relevando a Dña. Rocío, se encuentra su hija Dña. Margarita López-Teijón Pérez, tercera generación de elaboradores y viticultores, siguiendo la tradición y continuando con la labor iniciada por su abuelo hace casi un siglo. Los vinos, provenientes de vides centenarias de uva blanca y tinta se ajustan a las peculiaridades de los tintos de Mencía o blancos de Godello, los cuales, tienen un marcado carácter, típico de los grandes caldos bercianos, dada su ubicación, antigüedad, calidad de los suelos y un microclima único. En la zona de Villafranca del Bierzo se cultiva la mejor uva mencía de la zona, ya que la mayoría de su viñedo está en ladera y no hay zonas de regadío cercanas. Dichas condiciones favorecen la maduración sana de la uva, evitando los excesivos tratamientos fitosanitarios. Superficie Propia de Viñedo: 25 hectáreas (godello) entre 20 y 50 años de antigüedad en espaldera (Villafranca del Bierzo) Superficie Viñedo controlado: 25 hectáreas (mencía) pertenecientes a viticultores de la zona de entre 25 y 90 años de antigüedad en vaso (Villafranca del Bierzo, Valtuille de Arriba, Pieros) La solución para compensar la rebaja de producción en favor de la calidad es ir alquilando micro parcelas seleccionadas de viñedo situados entre los 450m. y 750m. Dependiendo de qué zonas, su producción está en una media de entre 2 a 3 kilos de uva por cepa. Se hace una poda de invierno selectiva, retirando mucha carga inicial de las yemas, y luego un par de podas en verde en verano, con las que se deja ya lo que se quiere con certeza que vaya a madurar. La cuestión radica en buscar un equilibrio en el viñedo entre fruto y masa foliar para garantizar una óptima maduración. Antes se miraba mucho el grado alcohólico y la acidez. Ahora, lo que realmente interesa no es eso, y lo que se cuida es la maduración de la piel, que es la que aporta el color y los antocianos. También la maduración de la pulpa, que es en donde está el grado alcohólico y la acidez, y después la maduración de las pepitas. Así se consigue un equilibrio, evitando vinos agresivos. Además, estos datos dan justo el momento óptimo de maduración. Sus viñedos producen la materia prima y reciben el trato mimoso de un equipo humano que se entrega con pasión y esmero al cultivo y producción de los vinos. Debido a la proximidad de la bodega con los viñedos, la uva es vendimiada manualmente y así pasa poco tiempo en contacto con el oxígeno, evitando posibles alteraciones y pérdidas de calidad por culpa de oxidaciones y fermentaciones espontáneas durante el tiempo transcurrido entre la viña y la llegada de la uva a la bodega.
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