Amanda

Amanda Rosado de Lágrima 2013 procede de cepas de garnacha tintorera ubicadas en Olmos de Peñafiel (Valladolid), a 850 metros de altitud. Únicamente se producen 1.500 botellas. Este vino muestra un color picota claro, muy limpio, con reflejos brillantes. Su lágrima es muy fina. En nariz se muestra tímido: poco a poco se aprecian recuerdos a fruta roja ácida, acompañados de aromas minerales y un leve toque floral. Aparecen también notas de manzana muy agradables, que recuerdan a vino blanco. En la boca la primera sensación es muy fresca y mineral. A lo largo del trago la fruta roja ácida cobra protagonismo poco a poco. Es (o parece) ligero pero tiene seriedad y cuerpo, y en su final, de larga duración, la acidez permanece de modo marcado, pero dejando un recuerdo muy grato. Este rosado se desmarca de la tendencia general en este tipo de vinos, cuyos aromas suelen recordar a piruletas o chucherías, ya que muestra un carácter menos jovial y juguetón. Pero su frescura y fantástica acidez invitan a beber.