La receta de la ginebra se remonta a 1771 en Dunkirk, entonces uno de los puertos más importantes de Europa donde llegaban barcos cargados de hierbas y especias exóticas. Si bien los ingredientes de esa receta se mantienen, las técnicas de producción se han perfeccionado elaborándolo en un alambique tradicional de cobre.
Dentro de su composición encontramos enebro, sal, violetas y anís estrellado de Francia, corteza de limón y almendras de España; cardamomo y nuez moscada de la India; cilantro de Marruecos; piel de naranja de México; regaliz de China; canela de Sri Lanka; flor de canela de Indochina; comino de Alemania; lirios de Italia, e hinojo del Mediterráneo, entre otros. Las cuatro destilaciones y todos estos ingredientes hacen que la ginebra Citadelle tenga un sabor único, complejo pero muy equilibrado, resultando suave al paladar. Se trata de un gran compañero para una buena tónica, como por ejemplo fever-tree y boylan.